Las galettes son una de las tantas delicias que podemos disfrutar de la pastelería francesa. La base es una deliciosa masa que se amasa a mano y que es super fácil de hacer. Lo mejor de todo es que puedes rellenarlas de lo que más te apetezca, tanto dulce como salado.
Hoy os traigo esta receta dulce con mandarina y zumo de limón. Un sabor ácido que se convierte en dulce al incorporarle azúcar y al ponerlas en el horno.
Lo más impotente es el proceso de reposo y como trabajamos la masa para que quede suave y que al comerlas casi se derrita en la boca.
Cuanto más cariño y suavidad se le da al amasado, mas ligera va a quedar la masa.
También tenemos que tener en cuenta, que la mantequilla tiene que estar bien fría para poder obtener una masa esponjosa.
Después de estas pequeños consejos, vuestras pequeñas delicias sabrán como pedazos de cielo en vuestra boca. Os lo aseguro.
Con esta receta y como cada mes entro en el reto de Dis-fruta del blog Nunca es demasiado dulce
Azucarito 